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PER (REDUCIDO)-Unidad 2-Emergencias en la mar

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Emergencias en la mar

  • Accidentes personales
  • Varada involuntaria
  • Abordaje
  • Vías de agua e inundación
  • Prevención de incendios y explosiones
  • Abandono de la embarcación

ACCIDENTES PERSONALES.

Heridas. Tratamiento: Herida es, toda lesión que produce una pérdida una pérdida de la continuidad de la piel, creando una puerta de entrada para los gérmenes y facilitando la infección.

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Las heridas las clasificaremos en dos grupos fundamentales. Heridas leves y heridas graves.

Como paso previo e imprescindible para el tratamiento de cualquier herida, sea del tipo que sea, daremos los siguientes pasos. En primer lugar prepararemos un lugar lo más limpio posible para colocar el material y sentar o tumbar al herido.

Posteriormente dejaremos listo el botiquín con el material a utilizar y desinfectaremos el instrumental a utilizar. Nos lavaremos las manos y las desinfectaremos con alcohol.

Heridas leves: Son pequeños cortes o erosiones superficiales que no están contaminados o infectados. El tratamiento para tipo de heridas es el siguiente:

Si la herida se encuentra en una región con pelo, se debe afeitar la zona hasta unos cinco centímetros alrededor de la lesión.

Quitaremos los cuerpos extraños, si los hubiera con unas pinzas y posteriormente limpiaremos la herida con agua y jabón frotando con una gasa (no usar algodón) para eliminar los agentes contaminantes.

Secaremos la herida con una gasa (no utilizar algodón) y aplicaremos un antiséptico.

Finalmente procederemos a tapar la herida con un apósito estéril.

Si la herida es larga y profunda, tras los cuidados anteriormente descritos, hay que aproximar los bordes para favorecer el proceso de cicatrización, pudiendo utilizar suturas adhesivas, grapas o suturas con hilo.

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Heridas graves: Vienen determinadas porque aparece una de estas características siguientes. Es extensa, profunda, presenta cuerpos extraños, está infectada, la zona está machacada con herida de bordes irregulares, es punzante o penetrante y a afectado órganos internos, tiene hemorragia intensa o afecta a regiones como cara, manos, abdomen tórax o cráneo.

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El tratamiento a seguir en este tipo de lesiones será el siguiente:

Valorar el estado general del accidentado. Transmita tranquilidad y serenidad.

Prevenir el shock del accidentado y abrigarlo.

Controlar la hemorragia sin tocar la herida con los dedos.

Si existen cuerpos clavados en la herida de forma profunda NO extraerlos. Tampoco aplicar antisépticos ni pomadas, tan solo cubriremos en la medida de lo posible la herida con un apósito estéril sin presionar la zona.

Pediremos consejo médico por radio.

Hemorragias: Una hemorragia es la salida de la sangre por rotura de los vasos (arterias o venas) por los que circula. Distinguiremos entre hemorragia interna y hemorragia externa.

Hemorragia interna: Sospecharemos que existe una hemorragia interna si el paciente presenta dolor , tiene la piel pálida, fría y sudorosa, pulso rápido y débil, respiración rápida, tensión arterial baja, mareo o pérdida de conciencia. En estos casos actuaremos de la siguiente forma:

  • Acostaremos al enfermo en posición horizontal, salvo que pierda el conocimiento. Si es así lo acostaremos de forma lateral, le abrigaremos y evitaremos darle nada que pueda ingerir vía oral.
  • Hecho esto estableceremos de forma inmediata consejo médico por radio.

Hemorragia externa: Primero aplicaremos una presión directa sobre la herida. Es la forma más eficaz de detener una hemorragia. Si a pesar de ejercer dicha presión la hemorragia no se detiene, tendríamos que actuar sobre las arterias. Exactamente donde se representan en la figura.

Si aún así la hemorragia continúa siendo intensa recurriremos a realizar un torniquete, aunque esta técnica tiene el peligro de que impida el paso de la sangre a todo el miembro afectado pudiendo producir gangrena o parálisis si el torniquete se mantiene apretado un tiempo excesivo.

A la hora de realizar un torniquete, tendremos en cuenta:

La hora de su colocación.

Mantener la parte inferior del miembro frío mediante hielo o bolsas frías, pero sin tocar

la piel.

Aflojar el torniquete cada 15 minutos para que la sangre vuelva a circular por el miembro afectado. Si la hemorragia continua volveremos a colocarlo pasados 30 segundos.

Pediremos consejo por radio.

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Quemaduras: Las quemaduras son lesiones producidas en la piel por el calor, el frío, electricidad o productos químicos corrosivos.

Para saber cómo actuar ante un tripulante afectado por una quemadura, primero debemos evaluar la importancia de la quemadura.

Tendremos en cuenta la extensión, profundidad y lugar afectado. La extensión de la quemadura se evaluará siguiendo la siguiente regla: (Cabeza y cuello 9%, Tronco parte anterior 18%, Tronco parte posterior 18%, Brazos, cada uno 9%, Piernas incluido el pie y la nalga 18%, Genitales y zonal perineal 1% ). No obstante y como medida base recordaremos que la palma de la mano representa un 1% de la superficie corporal.

La profundidad la mediremos dependiendo de tres grados de quemadura:

· 1er. Grado. Afecta solo la capa superficial. Produce piel enrojecida y dolor. No deja secuelas

· 2º Grado. Se afecta la capa profunda. Aparecen ampollas con líquido claro y dolor intenso.

·3er. Grado. Hay destrucción de todas las capas de la piel. Provoca una lesión negruzca que no duele.

Hay zonas de mayor gravedad como son la cara, cuello, manos, pies, genitales y en general todos los pliegues del cuerpo y orificios naturales.

Teniendo en cuenta todo lo apuntado anteriormente, las quemaduras que podemos tratar en el barco serán:

  • Quemaduras de 1er. Grado con extensión menor del 20% corporal.
  • Quemaduras de 2º Grado que afecten a menos del 10% del cuerpo.
  • Quemaduras de 3er. Grado profundas que afecten a menos del 1% de la superficie corporal.

Todas las demás quemaduras, será de imprescindible evacuación del herido a un centro hospitalario para su tratamiento, así como las quemaduras producidas en los lugares del cuerpo señalados como de mayor gravedad.

Quemaduras. Tratamiento: Las acciones a realizar para el tratamiento de una quemadura en la embarcación serán las siguientes:

Desnudar la zona afectada retirando restos de ropa empapada en agua para retirarla sin producir desgarros.

Si la quemadura es pequeña, enfriaremos la zona con agua fría. En este caso no pondremos no pondremos nada sobre la quemadura, salvo prescripción facultativa.

Si la lesión ha producido ampollas, estas se recortarán cuidadosamente, solo si ya se han roto, retirando los tejidos muertos y desgarrados. Una vez limpia, la quemadura se recubrirá con gasas grasas. Suministraremos al accidentado, si está consciente, suero oral para recuperar los líquidos perdidos por la herida así como un analgésico para mitigar los dolores.

En las quemaduras de 2º Grado tendremos que suministrar también un antibiótico para prevenir la infección. Solicite consejo médico por radio.

Insolación. Golpe de calor: El golpe de calor, es la consecuencia de la exposición a altas temperaturas con pérdida de agua y sales. Los síntomas son piel roja, seca y caliente y no sudorosa, temperatura superior a 40º, dolor de cabeza, nauseas y mareos, respiración acelerada y pulso elevado…

Las acciones paliativas serán tumbar al paciente con la cabeza elevada, desnudarlo, bajar la temperatura corporal con compresas o duchas frías (20º C.), controlar la temperatura corporal para reducirla a 38,5º y administrar líquidos fríos.

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No administrar sedantes. Ante cualquier duda solicitar consulta médica por radio.

Mareo (“Mal de mar”): El mareo, también llamado “mal de mar”, se produce como consecuencia del movimiento del barco y es algo natural, incluso en personas experimentadas.

Los efectos del mareo varían desde ligeras náuseas,

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sequedad de boca, debilidad y sudor frío hasta vómitos repetidos y, en mayor o menor grado, de decaimiento. En casos graves, los continuos vómitos pueden llevar a un cuadro de importante deshidratación.

Podemos combatir los efectos tomando una pastilla anti mareo una hora antes del embarque seguido de un nuevo comprimido cada 6 horas durante un máximo de 48 horas.

Si ya ha surgido el mareo, si es leve, es probable que los efectos desaparezcan durante el sueño y no sea necesario un tratamiento específico. Acostaremos al tripulante afectado en un sitio seco y caliente con los ojos cerrados o manteniendo la vista en un sitio fijo y alejado, a ser posible en el centro del barco y cercano a la línea de flotación.

Así mismo, le facilitaremos pequeñas cantidades de alimentos secos (galletas, pan seco o tostadas) para asentar el estómago. No se debe tener el estómago vacío.

Si el problema se agrava facilitaremos al paciente una solución de sales de rehidratación oral para contrarrestar la pérdida de líquidos por el vómito así como un supositorio o dos pastillas de 50 mg. de dimenhidrinato y aconsejando al paciente que duerma de 4 a 6 horas.

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Servicio Radio médico español: La consulta médica por radio es el medio de ayuda más importante cuando surge un problema sanitario en alta mar.

En España, el Centro Radio-Médico Español (CRME), ubicado en Madrid y dependiente del Instituto Social de la Marina (ISM), tiene la competencia establecida en el Real Decreto 258/1999, por el que se establecen «condiciones mínimas sobre la protección de la salud y la asistencia médica de los trabajadores del mar», para proporcionar este servicio.

Esta asistencia médica de urgencia a distancia, en funcionamiento desde el 1 de mayo de 1979, se realiza en español, es gratuita y está a su disposición todos los días del año las 24 horas del día.

El ISM ofrece también asesoramiento médico por radio desde barcos asistenciales (B/H «Esperanza del Mar» en el banco canario-sahariano, Buque «Juan de la Cosa» y desde los Centros en el extranjero.

Otros países disponen también de centros radio médicos propios que proporcionan asistencia permanente y gratuita.

Radiofonía: Cualquier barco en navegación puede solicitar sus servicios por medio del Servicio Marítimo de Telefónica en España, indicando que la comunicación es para «consulta médica» (este tipo de comunicaciones es gratuito y tiene prioridad), o solicitando a cualquier estación costera extranjera comunicación telefónica (también gratuita) con el Centro Radio-Médico Español al número de teléfono de España 913 103 475.

Vía Satélite y T.M.A. (telefonía móvil automática): Los buques que dispongan de sistema de comunicación vía satélite (Inmarsat) o de telefonía móvil automática (T.M.A.) y se encuentren en área de cobertura, pueden contactar directamente con el Centro Radio-Médico Español 913 103 475 y para FAX, al número 913 083 302

Todo el contenido reflejado en este capítulo, está transcrito de la Guía Sanitaria a Bordo publicada por el Instituto Social de la Marina. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Esta guía puede ser solicitada en el Instituto Social de la Marina y Casa del Mar de las diferentes Capitanías españolas.

VARADA INVOLUNTARIA.

Embarrancada: Llamamos embarrancada a quedar detenida una embarcación al tropezar el casco o apéndice de la embarcación con un banco de arena o piedras. También se produce cuando se fondea con poca sonda, por corrientes…etc. Es sinónimo de encallar. Se denomina también varada involuntaria.

La varada involuntaria se produce cuando un barco toca con el casco u orza el fondo del mar, quedando de alguna manera agarrado a este por la falta de agua. Se produce en la mayoría de los casos por fallos humanos.

Se suele llamar varar a cuando la parada del barco es sobre fondo de fango o arena, y embarrancar o encallar cuando el fondo es de piedras.

Cuando esto ocurre, aunque tendemos a dar marcha atrás con el motor con el fin de salir rápidamente de la varada, esto es realmente inútil. Además podemos complicar el posterior rescate de la embarcación, sobre todo si el fondo es de piedra, ya que podemos dañar seriamente la  obra viva al dar atrás.

Si el fondo es arenoso o fangoso, al dar atrás con el motor, la popa se desplazará lateralmente dejando al barco totalmente varado. 

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En estos casos, lo mejor y más prudente es parar el motor, y evaluar las posibles averías producidas. Reconoceremos el interior de la embarcación para localizar posibles vías de agua producidas por el choque.

Evaluar las horas de las mareas si la zona donde se navega hay mareas intensas.

Si después del reconocimiento ocular comprobamos que no existe riesgo, intentaremos salir despacio. Si por el contrario observamos filtraciones o vías de agua pondremos rápidamente en funcionamiento la  bomba de achique y taponaremos las aberturas producidas.

Si el barco varado queda en seco por la bajada de la marea, tendremos que apuntalarlo y aprovechar ese tiempo de bajamar para reparar las averías, reflotándolo en la pleamar mediante remolque y escora.

ABORDAJE.

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Abordaje: Denominamos abordaje a la colisión entre dos barcos o al choque entre barco y objeto flotante.

La mayoría de las situaciones de abordaje son achacables a descuidos y a la falta de cumplimiento del Reglamento Internacional para Prevenir los Abordajes en la Mar. (R.I.P.A.)

Una vez que el abordaje se ha producido, investigaremos las averías producidas por el impacto para tomar las decisiones que, dependiendo del grado del accidente, pueden ser transcendentales.

En el caso de que el abordaje se haya producido entre embarcaciones, estas no se separarán sin haber controlado las posibilidades de estanqueidad de los dos buques ya que, es posible, que uno u otro esté taponando la vía de agua producida por el impacto.

Si los separamos es posible que se produzca una inundación con posterior hundimiento.

Será de obligación de los dos Capitanes o Patrones el facilitar todos los datos relativos a la embarcación, puerto base, seguro, etc. y se procederá a anotar todo lo relativo al accidente en el Diario de Navegación.

Si el riesgo de hundimiento existe, se ordenará a toda la tripulación el uso del chaleco salvavidas para la evacuación. Si es necesario se pedirá auxilio por radio.

VÍAS DE AGUA E INUNDACIÓN.

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Vía de agua: Se llama vía de agua, a cualquier abertura producida por una varada o abordaje, fisura, rotura de grifo de fondo, etc. y se encuentra por debajo de la línea de flotación.

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Cuando a bordo de la embarcación entra más cantidad de agua que la que podemos achicar con los medios disponibles, se produce una inundación.

Bombas de achique: Llamamos bomba de achique el artefacto, eléctrico o manual, que sirve para evacuar el agua embarcada en el interior del barco. Estas bombas pueden ser sumergibles.

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Puntos de riesgo: Son puntos de importancia por ser posibles vías de agua por ejemplo, la bocina (pieza por donde discurre el eje de la hélice), la limera del timón (tubo por donde pasa la mecha del timón), y en realidad cualquier pieza de unión situada por debajo de la línea de flotación del barco (manguitos y abrazaderas de unión de grifos de fondo, etc.).

Medidas de fortuna para el control y taponamiento: Según la forma, dimensión y situación de la vía de agua, el taponamiento y su control puede ser posible con tapones de madera llamados espiches, trapos almohadas, cuñas y por supuesto accionando las bombas de achique manuales o eléctricas.

Es indispensable llevar en la embarcación un achicador y un balde robusto. Una de las mejores bombas de achique que existe es la de… “ un balde en manos de un hombre asustado”.

PREVENCIÓN DE INCENDIOS Y EXPLOSIONES.

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Explosión: Definiremos como explosión a la expansión de forma violenta y con ruido, de gases como resultado de una combustión. Normalmente después de una explosión le sigue la declaración de un incendio.

Las explosiones se pueden prevenir, y evitar, si ventilamos asiduamente aquellos compartimentos proclives a la acumulación de gases. (sentinas, salas de máquinas, etc).

Lugares de riesgo de incendio: Los lugares de riesgo para que se produzca un fuego en un barco son los siguientes:

  • Cocinas: Hay que recordar cerrar la llave de paso de la bombona de gas para vaciar los conductos y luego dejarla cerrada. Es recomendable disponer de una manta térmica para sofocar pequeños fuegos en sartenes u otros utensilios.
  • Cámaras de motores: Vigilaremos que no haya escapes en las tuberías del combustible y que esté bien ventilada. Los gases expulsados son más pesados que el aire y por eso se suelen acumular en las sentinas con el consiguiente riesgo de explosión.
  • Tomas de combustible: Evitaremos los derrames y se cerrarán cuando no estén en uso.
  • Baterías: Los líquidos son corrosivos y producen gases explosivos y venenosos debido a las reacciones químicas que se producen.
  • Instalación eléctrica: Los cables y empalmes estarán siempre bien protegidos con el fin de evitar que cortocircuitos.
  • Tambucho con pinturas o líquidos inflamables: Estarán bien ventilados y lejos de los focos de calor. La mayoría de las pinturas liberan gases inflamables y tóxicos por lo que los botes deberán encontrarse herméticamente cerrados.

Factores para producir un incendio: Las circunstancias que deben concurrir para producir un incendio son básicamente tres.

  • Que exista concentración de combustible.
  • Que el lugar donde se encuentre dicha concentración, alcance una temperatura elevada.
  • Que exista oxígeno.

La combinación de estas circunstancias, llamado triángulo de fuego, va a producir una reacción en cadena que desencadenará la explosión y posterior incendio.

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Triángulo y tetraedro del fuego:  El triángulo del fuego representa los elementos necesarios para que se produzca la combustión. Es necesario que se encuentren presentes los tres lados del triángulo para que un combustible comience a arder. Por este motivo el triángulo es de gran utilidad para explicar como podemos extinguir un fuego eliminando uno de los lados de dicho triángulo.

Los lados que componen el triángulo del fuego son:

  • El combustible: se trata del elemento principal de la combustión, puede encontrarse en estado sólido, líquido o gaseoso.
  • El comburente: el comburente principal en la mayoría de los casos es el oxígeno.
  • La energía de activación: es la energía necesaria para iniciar la combustión, puede ser una chispa, una fuente de calor, una corriente eléctrica, etc.

 Si eliminamos de la combustión cualquiera de los lados del triángulo el fuego se apagará.

El triángulo del fuego nos indica que elementos son necesarios para que se inicie la reacción de combustión. Actualmente se ha descubierto que para que se mantenga la combustión es necesario un cuarto elemento, que es la reacción en cadena.

Al incluir la reacción en cadena en el esquema del triángulo del fuego obtenemos el tetraedro del fuego.

El principio básico del tetraedro del fuego es el mismo que el del triángulo del fuego. Todos los lados del tetraedro son necesarios para que la combustión se mantenga ya que, si eliminamos cualquiera de los lados, el fuego se apaga.

La reacción en cadena de la combustión desprende calor que es transmitido al combustible realimentándolo y continuando la combustión.

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Tipos de fuego: Los materiales se presentan en tres estados. Sólido, líquido y gaseoso.

En función del estado físico de los materiales combustibles se definen los tipos de fuegos que nos podemos encontrar. Existen estos tipos de fuego:

  • Clase A: Combustibles sólidos. (madera, cartón, papeles, telas).
  • Clase B: Combustibles líquidos. (ceras, parafinas, grasas, alcohol, gasolina).
  • Clase C: Combustibles gaseosos. (acetileno, metano, propano, butano, gas natural).
  • Clase F: Incendios producidos por grasas y aceites de cocina…

La espuma, el Dióxido de Carbono, el químico seco común y los extintores de uso múltiple de químico seco, se pueden utilizar para combatir los fuegos de clase “B”.

El agua como agente extintor. Precauciones: Si hay un elemento que acompañó al hombre desde que éste tuvo uso de razón, es el agua. Podría afirmarse, sin equívocos, que el agua es el agente extintor más conocido y empleado como tal desde siempre.

Ello no es casual ya que, además de ser un elemento de gran abundancia en la naturaleza, tanto el agua como el fuego son indispensables para el desarrollo de la vida. En consecuencia, donde hay actividad humana, existen estos elementos que posibilitan el desempeño de las personas.

Sin embargo, cuando se salen de control, producen gravísimos daños. Uno de ellos, el fuego, puede mitigarse por la aplicación del otro. El agua. Esto es posible debido a las propiedades que tiene este líquido, que permiten la acción extintora.

Se puede clasificar a estas propiedades de la siguiente manera:

Es un líquido relativamente estable en un amplio rango de temperaturas.

En comparación con otros líquidos, su calor específico es alto. Para elevar la temperatura de 1 kg de agua en 1 °C debe absorber 1.000 calorías que, en el caso de incendio, las toma de los elementos que se están quemando. El efecto que produce es un descenso en la temperatura de los combustibles y en el ambiente circundante.

A partir de los 100 °C el agua se evapora y cada kg consume 539.000 calorías para pasar del estado líquido al de vapor.

Cuando el agua se vaporiza, su volumen aumenta 1.600 veces y el vapor producido desplaza al aire que rodea al fuego y, por lo tanto, el oxígeno disponible para la combustión es menor.

Las propiedades hasta ahora enumeradas, son las que destacan al agua como el agente extintor por excelencia. No obstante también tiene algunos inconvenientes que debemos tener en cuenta:

El agua es más densa que la mayoría de los combustibles líquidos, lo que le hace perder efectividad en la extinción de éstos. El líquido se deposita en el fondo del contenedor de combustible y éste flota, ardiendo sobre el agua.

El agua es conductora de la electricidad debido a las sales disueltas que habitualmente contiene. De manera que NO debe aplicarse a artefactos incendiados que están sometidos a tensión eléctrica.

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Extintores: Los extintores son elementos portátiles destinados a luchar contra los incendios, los cuales pueden ser dominados y extinguidos en forma breve.

Es necesario revisarlos periódicamente para mantener la presión y características sofocantes en perfectas condiciones.

De acuerdo al agente extintor, los extintores se dividen en los siguientes tipos:

– A base de agua

– A base de espuma

– A base de dióxido de carbono

– A base de polvos

– A base  de compuestos halogenados

– A base de compuestos reemplazantes de los halógenos

Extintores para fuego de “clase B”: Son extintores con los que podemos apagar cualquier fuego producido por líquidos inflamables, grasas o gases. Por ejemplo aceites vegetales y derivados del petróleo.

Este tipo de extintores remueven el oxígeno evitando que los vapores alcancen la fuente de ignición o impidiendo la reacción en cadena.

Utilización del extintor: Para enfrentarnos a un incendio el primer consejo que podemos ofrecer es mantener la calma porque, de lo contrario, su acción puede ser más peligrosa que el mismo fuego.

Retiraremos el extintor de su emplazamiento, evitando golpearlo o golpearse con él, especialmente en las manos o piernas. Nos dirigiremos al lugar del incendio manteniéndolo siempre en posición vertical.

Una vez en el lugar,  y solo en ese instante, retiraremos el seguro. Nunca combatiremos el fuego en contra del viento.

Presionamos la manilla para que se inicie el proceso de descarga. Si la soltamos, se interrumpirá la salida del extintor. Dirigiremos el agente extintor hacia la base de la llama con un movimiento de abanico horizontal o vertical según la forma de las llamas.

Completada esta operación, y aunque no se haya extinguido el fuego, nos retiraremos otras personas continúen con la misma labor.

Nunca debemos dar la espalda al fuego, correr o entrar en un recinto con gran cantidad de humo. No descargaremos el extintor si no podemos ver adonde va a lanzar el agente extintor.

Una vez utilizado el extintor procuraremos entregarlo a los responsables de recargarlo de inmediato para que quede operativo nuevamente.

Cada cierto tiempo, dedicaremos algunos minutos para comprobar que los extintores de su embarcación están operativos, de modo que ante una emergencia Ud. pueda usarlos sin problemas.

Recuerde que cada cierto periodo de tiempo los extintores deberán ser recargados y retimbrados nuevamente.

Medidas a tomar para reducir el riesgo de incendios y explosiones: Evitaremos  que haya derrames de combustible, por lo que, se vigilará el estado de estanqueidad del circuito y tanques, así como el estado del carburador en los motores de gasolina

Las pérdidas de combustible en el carburador o manguitos sobre partes calientes del motor, especialmente sobre el colector de escape, pueden originar fácilmente un incendio.

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No fumar en las proximidades de los motores de gasolina y depósitos.

Cualquier combustible se debe de almacenar en recipientes especiales que evite la liberación de vapores explosivos.

Las sentinas del barco deben de estar secas y ventiladas para evitar la acumulación de gases.

No limpiar los derrames de combustible en las sentinas. Las estopas o tejidos empapados en aceites, combustible o grasas, al alcanzar cierta temperatura, pueden incendiarse de forma espontánea.

Formas de actuar y modos de extinción: Al declararse un Incendio actuaremos siempre con tranquilidad y con la mayor rapidez. Una vez localizado el foco del incendio, trataremos de aislarlo de las corrientes de aire para evitar que se avive, cerrando puertas, escotillas, portillos, etc. y cortaremos el suministro eléctrico.

Si no ha sido posible aislar el incendio, la situación del barco respecto al viento es un factor importante a tener muy en cuenta. Siempre pondremos la parte afectada del barco a sotavento para evitar la propagación del fuego.

Posteriormente procederemos a su extinción. Nunca utilizaremos agua si el incendio declarado es de origen eléctrico. No obstante, si no tuviéramos otra opción, interrumpiremos previamente la corriente.

Si constatamos la imposibilidad de extinguir el incendio, se tomará la determinación de hundir la embarcación, si es posible, en una zona de calado suficiente para cubrir toda la parte afectada pero no excesivo para tener la posibilidad de reflotamiento.

Si hemos de abandonar la embarcación, recuerde que, solamente lo haremos cuando esta ofrezca menos garantías de protección que cualquier otro medio de supervivencia y nunca, si es posible, sin haber emitido un mensaje de socorro (medé) y haber tomado las medidas necesarias para el abandono.

ABANDONO DE LA EMBARCACIÓN.

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Medidas a tomar antes de abandonar la embarcación: El abandono de la embarcación se produce cuando existe una situación de naufragio, es decir, la pérdida total de flotabilidad del buque.

Es una situación de evidente peligro y el mando de la embarcación deberá actuar con serenidad, dando las órdenes e instrucciones precisas de evacuación, evitando el pánico entre la tripulación.

Por este motivo y antes de proceder a realizar cualquier tipo de travesía, se deberá instruir a todo el personal de la existencia y funcionamiento de los elementos de salvamento que se encuentran a bordo, así como colocación del chaleco salvavidas, operativa a seguir en caso de abandono del buque, etc.

La desesperación y la angustia pueden llevarnos en una situación de peligro a abandonar nuestra embarcación de forma precipitada y sin adoptar las mínimas precauciones de seguridad.

Solamente se abandonará la embarcación cuando ésta ofrezca menos garantías de protección que cualquier otro medio de supervivencia, y nunca, si ello es posible, sin haber emitido mensaje de socorro y adoptado las medidas básicas preparatorias del abandono.

Se preparará la balsa salvavidas y en general todo aquello que pueda flotar (Aros salvavidas, boyas, etc) y detendremos el barco.

Estarán preparadas las mantas, botiquín, víveres y agua potable, comprobando que toda la tripulación lleva consigo la mochila de supervivencia. Esta mochila contendrá material de primeros auxilios, ropa de abrigo, cuchillo de bolsillo, linterna estanca galletas energéticas, botella de agua, cabos y cordeles de diferentes medidas, alguna bolsa de plástico…y cualquier otro elemento personal que fuera necesario para la supervivencia.

Tomaremos pastillas contra el mareo. El vómito hace perder líquido provocando una situación de hipotermia.

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Forma de abandonar la embarcación: Cuando el abandono del buque se hace incuestionable, y una vez que todo el personal lleva puesto el chaleco salvavidas, se pedirá socorro por radio, comunicando el nombre del barco, número de personas a bordo y la situación en ese instante. Si se posee radiobaliza se activará.

Se abandonará el buque vestidos, por la banda de barlovento y si es necesario saltar al agua lo haremos después de ajustar perfectamente nuestro chaleco salvavidas, de pie y tapándonos la nariz y boca.

Una vez en la balsa, achicaremos el agua embarcada y secaremos el suelo. Largaremos el ancla flotante y organizaremos los turnos de guardia. En caso de no disponer de balsa salvavidas el objetivo será flotar a toda costa.

Permanencia en el agua: El cuerpo humano pierde temperatura por radiación, conducción, evaporación y convección, factores todos que se reúnen de forma notable en la mar y que se acentúan si estamos inmersos en ella, siendo en este caso mayor la pérdida de calor que la capacidad del cuerpo para generarlo, lo cual conduce a una hipotermia y sucesivamente a la pérdida de conciencia y la muerte.

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El tiempo de supervivencia de un náufrago varía en función de la ropa que lleve, de la temperatura del agua, de su constitución, de la fatiga, et. pudiéndose estimar que sin protección y en agua de temperatura entre 15 y 20 grados centígrados, el tiempo de supervivencia está en torno a las 12 horas, bajando a 6 horas si la temperatura del agua estuviera entre 10 y 15 grados.

De ahí la importancia de permanecer en el agua el menor tiempo posible. Antes de saltar al mar conviene ponerse toda la ropa posible, evitando prendas pesadas ya que estas retardan la pérdida de calor. No nadar sin un propósito concreto, flotar lo más quieto posible para no gastar energía ni calor. Es conveniente formar un grupo con el resto de los supervivientes y usar el silbato que lleva el chaleco salvavidas para facilitar nuestra localización.

En navegación oceánica es muy buena idea llevar un traje de supervivencia que consiste en un traje de neopreno como los utilizados en Buceo. Un traje seco de buceo es el elemento más importante para conseguir sobrevivir en el agua sin peligros de hipotermias.

Uso de las señales pirotécnicas: Se dispararán las correspondientes bengalas y cohetes únicamente si existen barcos a la vista. Lo haremos siempre por sotavento.

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En el caso de las bengalas en primer lugar, debemos tener en cuenta la forma de tomar la bengala. Lo haremos siempre con una sola mano, agarrándola por el extremo inferior, lo más abajo que sea posible o bien por la empuñadura si la tiene. Extenderemos bien el brazo hacia el agua para evitar que las chispas que saltan puedan quemar a alguien o la propia balsa salvavidas.

 

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En esta situación, accionaremos el dispositivo de encendido (que, según el modelo, puede encontrarse en el extremo superior o en el inferior) y apartaremos la vista de ella durante la combustión.

Cuando comprendamos que hemos sido vistos o la bengala se agota lanzaremos el tubo al mar.

La bengala únicamente será útil cuando la empleemos a una distancia prudencial de un buque de o bien de la costa.

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Tendremos en cuenta que los cohetes lanza bengalas, al dispararlos, generan un efecto de retroceso que, en caso de que no tengamos bien sujeto el tubo y las manos secas, puede hacerlo resbalar provocándonos heridas y quemaduras.

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Comenzaremos por quitar las tapas, primero la superior y después la inferior. El cohete saldrá despedido por la parte superior del tubo (que vendrá indicada por una flecha en la etiqueta), una vez tiremos de la anilla situada en la parte inferior. Antes de lanzarlo, nos colocaremos sosteniendo el cohete con una mano apuntando a unos veinte grados de la vertical por sotavento.

Para su uso se debe tener en cuenta que, si hay nubes bajas, estas señalas son prácticamente inútiles, porque pueden encenderse entre ellas y apagarse sin que puedan llegar a ser avistados por nadie.

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Esta señal se utilizará para advertir a un buque avistado en el horizonte por la silueta o por las luces de navegación. Tendremos en cuenta que si lo que se avista es la luz de alcance, las posibilidades de ser vistos son muy reducidas.

Para utilizar las señales fumígenas comenzaremos por quitar el tapón y tirar con fuerza del dispositivo de encendido. Posteriormente lanzaremos el bote al mar y siempre por sotavento, donde veremos que flota solo y sin problemas.

La combustión no debe detenerse aunque el bote se sumerja en la mar.

Estas señales son exclusivamente diurnas solo si sopla poco viento porque, si éste es fuerte, el humo se dispersará rápidamente.

 

 

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